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Semana Santa 2012   

Presentación

 

Desde tiempo inmemorial, por nuestras calles y plazas se han visto «penitentes» que caminaban descalzos o con cruces sobre sus hombros, y largas filas de nazarenos vestidos de túnicas y cubiertos con sus capiruchos en algunos días de Semana Santa, acompañando a las imágenes de Jesús que representaban los pasos más crueles de su Pasión y Muerte: Jesús Amarrado a la columna, con la Cruz a cuestas (Nuestro Padre Jesús Nazareno), de su crucifixión (Cristo de la Misericordia), y Jesús muerto (Santo Entierro). Muy cerca de Él iban otras veneradas imágenes de su Madre, la Corredentora: La Virgen del Mayor Dolor, María Stma. de los Dolores, Ntra. Sra. de las Angustias y la Virgen de la Soledad.

Las cuatro cofradías existentes en Fuente de Cantos surgieron en distintas épocas; quizás la más antigua sea la de Ntro. Padre Jesús Nazareno (Siglo XVII) , y María Stma. de los Dolores (imagen sevillana de principios del siglo XX), a las que se daban culto especial y muy solemne en la ermita de la Hermosa a mediados del XVIII, si bien la de la Virgen sería otra, probablemente de talla, que fue sustituida por ésta de vestir, que ahora veneramos.

Siguiendo el orden cronológico, sería la segunda la del Santísimo Cristo de la Misericordia, del siglo XVIII, «Que se veneraba en el convento de Religiosos descalzos de S. Francisco de la villa de Fuente de Cantos y ahora en el convento de Madres Carmelitas de la misma villa», (esto se escribía en 1855) tendría su respectiva Hermandad, con su imagen de la Virgen, que en 1803 fue sustituida Ntra. Sra. de las Angustias (talla de 1803 recientemente restaurada), hasta la exclaustración de los frailes en 1835.

Paralelamente a las anteriores, se organizaría la de la Virgen de la Soledad (principios del siglo XVIII), «Mando a las Cofradías de... y Ntra. Señora de la Soledad, una libra de cera a cada una». En 1746 ya estaba constituida, como se desprende de esta cláusula del testamento del Conde de Montalbán. En contraposición de las otras dos, que se constituyeron sólo por varones, surge ésta de mujeres que representaban al sexo devoto en las procesiones de Semana Santa.

Se desconoce, el inicio de la Cofradía de Jesús Amarrado a la Columna, y Virgen del Mayor Dolor. Aún se conserva en una casa particular la primitiva imagen de Jesús tallada en madera, que al ser muy costosa su restauración, después de los sucesos de la guerra civil, se optó por otra nueva de escayola. En torno a ella se constituyó la actual Hermandad, y sale procesionalmente de la antigua iglesia de los Franciscanos y estaba abierta al culto desde 1940, en que se hicieran cargo del inmueble las Hermanas Carmelitas, destinándolo a Asilo de Ancianos. En sus primeros años acompañaba la Virgen de la Soledad. Después compraron una de candelero.

Ninguna de ellas tiene Estatutos, si bien la del Cristo de la Misericordia y Ntra. Sra. de las Angustias, tiene presentado el Obispado su proyecto y es pera su aprobación.

Todas tienen un denominador común que está reflejado en el proyecto citado: «Promover el culto público a Jesucristo en los Misterios de su Pasión y Muerte y en el dolor de la Virgen, representado en las imágenes... y promover la participación activa de los Hermanos en la vida parroquial y sacramental».

Los «Hermanos» de todas las Cofradías deben hacerse conscientes de sus deberes de cristianos, miembros vivos de la Iglesia local en un modo de vida, propios de un amante de Jesús y María, y por último, acompañar a las imágenes titulares en las procesiones de Semana Santa. Porque no basta con la asistencia, escondidos bajo el anonimato con las caras tapadas, convirtiendo las procesiones en un «teatro en la calle», por el contrario, manifestando con el acto externo de culto (respeto, silencio y recogimiento) un deseo sincero de acercamiento al mensaje de Jesús.

A veces se presenta en sus miembros el contra sentido del alejamiento e indiferencia en la conducta de muchos ante la Iglesia oficial. La religiosidad popular prefiere, en su trato directo con el Señor y la Virgen, el tú a tú directo, sin mediaciones clericales.

En la Carta de presentación de la revista «Cofrades», comenta nuestro Prelado: «Todas ellas (la Cofradías) constituyen una riqueza innegable de nuestras feligresías, si bien esa riqueza depende siempre no sólo de la buena avenencia, sino de la sincera comunicación entre si y con la parroquia. »

Cada Hermandad tiene que estar abierta en diálogo con las otras. No buscar el mayor número de miembros, el hacer, actuar, la competición en cuanto a música, adorno de los pasos, etc. evitando rivalidades

Las Cofradías tienen que renovarse, para que no sean manifestaciones externas sin vivencia interior de fe. Las imágenes de sus «Cristos» pueden servir de símbolo, para las actividades propias, dentro del plan pastoral de la parroquia:

La de Ntro. Padre Jesús Nazareno, en que se ve reflejada el cansancio y dolor de la humanidad, podía tener un papel importante en la ayuda a los necesitados. Los Hermanos/nas de la Misericordia, dedicarse a la visita de enfermos, procurándoles el consuelo de los Sacramentos. Los cofrades de Jesús Amarrado a la Columna, emplear sus energías en defender los derechos de los oprimidos por las injusticias. Para las mujeres de la Soledad, su lugar sería acompañar a los ancianos y enfermos que viven solos.

De este modo las Cofradías serían los mejores transmisores del evangelio, siendo un estímulo para los jóvenes en su renovación cristiana. Ellos y ellas, forman gran parte del voluntariado, dedicado a favorecer a los pobres y marginados.

 

(Texto: Revista Semana Santa año 2000)